Perfecta armonía

Descanso tendida sobre la hierba fresca,
mirando, distraídamente, el cielo.
Dejo las pupilas fijas en un punto,
y me despreocupo por el paso del tiempo.

Las golondrinas, que volvieron en verano,
dibujan garabatos en pleno vuelo.
Una nube intenta tapar al sol,
pero lo impide, con su fuerza, el viento.

Mi corazón tararea una dulce melodía,
con sus latidos acompasados.
Mi alma ya no tiene custodia,
duerme tranquila, sin temor a sobresaltos.

Continuo tendida sobre la hierba fresca,
mientras tú, recostado a mi lado,
como un ave posando sobre una fuente,
te acercas a mis labios y bebes.

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