¿Acaso crees que soy
una leve brisa
y pretendes que sumisa
permanezca?
No intentes apaciguar
mi alma,
pues no evitarás que
desate su tormenta.
¿Acaso crees que soy
una margarita
y pretendes que en tus
manos me someta?
No intentes deshojar
mis pétalos,
olvida que te quiera
por esa vieja creencia.
¿Acaso crees que soy
una musa callada
y que debo enmudecer
mis pensamientos?
No todas las palabras
se las lleva el viento.
Me ahogo en un grito
pues no se de silencios.
¿Acaso crees que eres
el alfarero de mi vida,
que moldearás a tu
gusto los detalles de mi alma?
Es cierto que eres
dueño de mis sentimientos,
pero inútil forjarme a
tu imagen y semejanza.
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