Árbol seco


Cuando perdí la raíz de mi vida,
como un árbol, mi alma se secó.
Con el más leve soplido del viento,
estaba lista para caer al suelo.

Pero, cuando miré alrededor,
supe que no podia caer, no debía.
Y fue el amor lo que me apuntaló,
me sostuvo en pie. Me sostiene.

Anule recordar para no llorar.
Anulé llorar para no deshacerme.
Como un árbol debo ser fuerte,
que me noten, por fuera, entera.

La gente olvida, del otro, el sufrimiento.
Creen que se ha superado el hecho.
Pero no, adentro todo está muerto.

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