Misión de rosa
Desamorado
Desalmada
Si pudiera, abandonaría el alma en un lugar desierto,y correría lejos para evitar cualquier encuentro.
Haría lo que sea por deshacerme de esta sombra,
que se esfuerza en aferrarse a mi y nunca me deja sola.
Si pudiera, la echaría a volar libre, como mariposa,
que deambule por el campo y repose en una rosa.
Así, finalmente, yo podría andar liviana como el
Árbol seco
Pero, cuando miré alrededor,
supe que no podia caer, no debía.
Y fue el amor lo que me apuntaló,
me sostuvo en pie. Me sostiene.
Anule recordar para no llorar.
Anulé llorar para no deshacerme.
Como un árbol debo ser fuerte,
que me noten, por fuera, entera.
La gente olvida, del otro, el sufrimiento.
Creen que se ha superado el hecho.
Pero no, adentro todo está muerto.
Condenados
Puedo echarle la culpa a la rutina,
al estrés ante la demanda continua,
a la angustia por los sueños truncados,
y al luto que obligué quedar callado.
En alguna medida, hicieron su parte
para dejar este amor en agonía.
Pero que lo hayas descuidado te hace
intelectual y materialmente culpable.
Tampoco me considero una víctima,
sé bien que mi personalidad me condena.
Cierto es, si existe justicia divina,
merecemos sean perpetuas las cadenas.
Primer amor
Fuiste en mí
el amor primero,
de los
sentimientos a flor de piel,
no un simple
enamoramiento,
sino el amor más puro
y fiel.
Fuiste
inspiración de mis sueños,
primer pensamiento
al despertar,
de mis tres
deseos, el dueño,
motivo único
de mi pesar.
Sufrí tanto por
lograr tu amor,
sin embargo,
nunca me rendí
y en
recompensa a mi dolor,
a tan larga
espera pusiste fin.
Después el
destino nos alejó
pero nadie
me quita del alma,
el recuerdo
de mi primer amor
y ejemplo de
perseverancia.
Nos soltamos las manos
Valiosa
Simplemente, te amo
Barrilete
Dormida
Creencia
La marca
Apuñalada
Quita
de mis manos, todo alimento.
Quita, si conmigo te ensañas,
el lenguaje y el pensamiento.
Quita, de esta ingenua cabeza,
la poca cordura que conservo.
Quita, si supones necesario,
de mis bolsillos, el sustento.
Pero no me quites tu presencia,
y si por un instante te ausentas,
deja, en mi mente, el recuerdo
de tus pupilas colgadas en las mías,
instancia previa a la venida de un beso.
Perfecta armonía
mirando, distraídamente, el cielo.
Dejo las pupilas fijas en un punto,
y me despreocupo por el paso del tiempo.
Las golondrinas, que volvieron en verano,
dibujan garabatos en pleno vuelo.
Una nube intenta tapar al sol,
pero lo impide, con su fuerza, el viento.
Mi corazón tararea una dulce melodía,
con sus latidos acompasados.
Mi alma ya no tiene custodia,
duerme tranquila, sin temor a sobresaltos.
Continuo tendida sobre la hierba fresca,
mientras tú, recostado a mi lado,
como un ave posando sobre una fuente,
te acercas a mis labios y bebes.